30 de diciembre de 2011

Capítulo 8.

                                          Recuérdame.


     "Soy una chica rebelde y con carácter, si fuera débil me manejarías a tu antojo"      


Sarah.
Seguí corriendo hasta que me estampé contra la puerta de mi nueva vivienda, menos mal que al menos sabía que número de puerta era, los vecinos se hubieran extrañado si hubiera intentado abrir sus puertas.
No pude contener las lágrimas, lloré y lloré y me sentí desdichada. Me sentía tan angustiada que acabé cayéndome al suelo. Harry aceleró el paso y me alcanzó. Colocó a Emma en el suelo y se sentó a mi lado, rodeándome con sus brazos protectores. Me acurruqué sobre su cuerpo mientras deslizaba su mano derecha por mi espalda, arriba y abajo, arriba y abajo. 
-Harry: No quiero que estés mal, si he hecho algo que no debería de realizado, pues lo siento, lo siento mucho.
-Yo: No, no has hecho nada. -dije entre sollozos- Me has recordado un mal que se encontraba muy dentro de mi.
-Harry: ¿Te gustaría contarme lo qué te ocurre?
Levanté la mirada mientras Harry me limpiaba un poco las mejillas y los párpados, emborronados por el maquillaje y mis malditas lágrimas.
-Sarah: Vale, es un poco largo. Todo ocurrió hace dos años, cuando yo tenía 16. Tenía el mejor amigo de el mundo, tenía la misma edad que yo, el día 15 de el mes que viene cumpliría 18 años, se llamaba Hugo. Tenía el pelo rizado como tú y ojos marrones, era un cielo de persona. Nos conocíamos desde que éramos muy pequeños, siempre estuvimos juntos, me apoyaba en todo y me ayudaba cuando lo necesitaba, él era el que llenaba de alegría mi penumbra. Con el paso de los años nuestra amistad creció y creció. Un día fui a  acompañarle a un partido de baloncesto en el que él jugaba. Duró 1 hora y media, fue la última hora y media que le vi reír. Ese día fue un 23 de Marzo de 2009, el mismo día en que me confesó que llevaba años enamorado de mi. Al acabar el partido dimos un paseo y me compró un helado de chocolate, vainilla y nueces y nos sentamos en un banco que había en un parque cerca de mi casa. 
"Sarah, sonará raro, pero quiero que me dejes terminar de hablar, déjame sonreír, ¿vale? Definitivamente, creo que estoy enamorado de ti. No sé por qué, no sé si eso que siento dentro de mi cuerpo es amor, es alegría lo que siento cuando estoy junto a ti o yo que sé que es, pero ten por seguro que te quiero. Eres la única persona que me comprende cuando quiero desaparecer de el mundo. ¿Quién es la persona que me completa? Sarah, cómo no. He querido decirte cuanto te quiero hoy por que no sé si habrá un mañana, un pasado u otro año en el que esconder mis sentimientos. Gracias a ti me siento como un águila, libre. Repito, te quiero y eso nunca cambiará" 
Eso fue todo lo que me dijo Hugo aquella tarde de primavera. ¿Qué hubieras hecho o dicho tú? Me besó y me dejé llevar, aunque no debería de haberlo echo, por culpa de un estúpido beso se ha ido. Estaba tan emocionado por haberme contado lo que sentía que esa noche se fue de fiesta, bebió y bebió y bebió y se metió en una pelea... el resto creo que ya lo sabes, ¿no es así?
Harry me acariciaba y me escuchaba atentamente, me sentía muy a gusto a su lado. Estuvimos un buen rato ahí, acurrucados. Recuperé la respiración, noté como mis pulmones se llenaban ligeramente de aire sin tanto esfuerzo a causa de aquel triste recuerdo. Ahora os preguntaréis, ¿por qué lloré? Harry se asimilaba a Hugo, tanto por fuera como por dentro, y al ver que Harry se acercaba más de lo que debía a mi, pues... me recordó a él, a el que siempre será mi mejor amigo. Mantenía ese recuerdo anclado en mi corazón, muy muy en el fondo y no iba a salir jamás. Había conseguido llevar una vida como la de antes a el accidente, saliendo con mis amigas y disfrutando, pero nunca iba a pasar algún día sin recordad a aquella persona que tanto me importó.
Pasaron minutos y minutos y más malditos minutos hasta que volví a la calma. Me levanté e hice como si no hubiera pasado nada, pero Harry mantenía en los ojos un brillo un tanto peculiar, creo que le entristecía verme así. Abrió la puerta de mi nueva vivienda por que yo no tenía fuerzas en ese mismo momento, a continuación conduje las maletas hasta nuestra habitación, la de Emma y la mía. Solo había una cama de matrimonio, supuse que a Emma no le importaría dormir conmigo. La casa era perfecta en sus justas medidas, dos baños, una cocina, un salón, un balcón y un dormitorio. Harry y yo, agotados y aburridos nos sentamos y vimos la televisión, MTV, cómo no, pero antes dejamos a Emma en nuestra cama para que cuando se despertará se sintiera cómoda.


_______________________________________________________________________


Emma.
Escuché susurros lejos de mi, provenían de Harry y Sarah, parecían reírse. Supongo que se llevan muy bien. En verdad, Harry es totalmente adorable por involucrarse tanto en esto, si no fuera por él yo estaría en un paradero desconocido o quizás, siendo sincera, muerta. Gracias a él Sarah sigue cuerda, si yo no estuviera aquí ahora mismo ella... No sé lo que haría, ya tuvo bastante con H.
Me encontré a mi misma en aquel desconocido cuerpo, sentí que me iba estirando poco a poco e iba tomado el control de lo que hacía y conseguí abrir los ojos. Me sentía feliz a pesar de todo, parecía que me había topado con la persona perfecta en Inglaterra. De repente, oí un grito de Sarah, Harry la mandó a callar silenciosamente, no querían que me despertara sin yo quererlo y volvieron a cuchichear algo que no conseguí entender, empezaron a carcajearse.
Una diminuta sonrisa iluminó mi casado rostro.




Continuará.

28 de diciembre de 2011

Capítulo 7.

                                          Con luz propia.

       Persigue tu sueño. Trabaja duro, inspira y sé inspirado. - Nathan Sykes.

Sarah.
Nos despedimos de Gemma cuando la madre de Harry vino a recogerla y entramos al vehículo.
-Yo: No pregunte por esto -le dije al taxista mientras señalaba a Emma-
-Taxista: ¿A donde chicos? -miró hacia atrás preocupado.
Abrí mucho los ojos, ya le había dicho a Harry que no sabía donde vivía, solo había visto y descargado la foto de el apartamento y de sus alrededores por Internet, así que decidí sacar mi BlackBerry y enseñarle la foto de la calle en donde nos hospedábamos.
Harry la miró atentamente y le dijo un nombre muy raro y largo al taxista, sería el nombre de la calle o la urbanización, lo supuse aunque no me había molestado en leer y buscar en algún mapa nuestro piso, que alborotada soy.
Durante todo el viaje estuvimos muy callados, solo se escuchaban nuestras respiraciones y el sonido de la radio, sonó una canción que me gustaba mucho, era "Love love" de Take That y la tarareé, Harry se unió a mi concierto y cantó conmigo, tenía una voz muy bonita, se lo comenté y me dio un fuerte abrazo.
-Harry: Hablando en serio, ¿no os importa, de verdad, que me quede con vosotras hasta mañana por la mañana? Tú sola no podrás cuidar de Emma y deshacer las maletas, colocar las cosas, comprar comida para llenar la despensa y demás, me encantaría ayudaros, estoy involucrado en esto, si Emma no se hubiera parado a hablar conmigo cuando cogió su gorro, aquel pervertido no la hubiera pegado. ¡Mira su cara! Le sangran la herida de la mejilla, aquel hombre osó pegar a una adorable muchacha que era la mitad que él, ¡ahora mismo podría dar la vuelta y buscarlo!
-Yo: Harry, no vale perder el tiempo con gente tan indeseable, déjalo por favor. Por cierto, me llamo Sarah, ha sido un placer conocerte, hemos tenido suerte de que hayas sido tú quien nos ha ayudado y hayas sido tú con quien Sarah se topó en la pista de aterrizaje, no podría imaginar lo que hubiera pasado si ella se hubiera topado con aquel hombre antes...
Mi voz se ahogó, no podría emitir nada, me sentía vacía y se veía en mi cara paralizada, se me iba a salir el corazón por la garganta.
Llegamos a nuestra vivienda en un periquete, no estaba muy lejos de allí, quizás unos veinte minutos de duración tuvo el trayecto. Nos bajamos de el coche dejando a Emma sentada en uno de los asientos de atrás para que no tuviéramos problema alguno al intentar sacarla. Ayudé a Harry a cogerla en brazos, pero antes él me había ayudado a sacar todas las maletas de el coche. Intentamos por todas las maneras posibles llegar los dos a salvo a nuestro piso con Emma en brazos. Abrimos el portal de el edificio en donde se encontraba mi nueva vivienda y entramos en el ascensor, pulsé el número 3.
Harry posó una atenta mirada en mi, hice como si no me hubiera dado cuenta de que no me sacaba los ojos de encima, así que empecé a tararear. Harry se carcajeó de mi por fingir tan mal, la verdad, se me da muy mal mentir, igual que a Emma. El ascensor iba realmente lento a decir verdad. Disimuladamente lo miré por el rabillo de el ojo y lo volví a pillar mirándome fijamente con aquellos claros ojos, me sonrío y miro mis labios. Me sonrojé, volteé mi cara hacia el lado opuesto de donde se encontraba él y empecé a peinar mis preciados rulos. Se acercó más a mi, poniendo la escusa de que si Emma se despertaría en ese mismo momento, él tendría espacio para poder colocarla en el suelo por el otro lado del ascensor. Se acercó, se acercó y se acercó más a mi. "Tienes un pelo increíble, son unos rulos parecidos a los míos, muy monos" dijo con amabilidad. Siguió mirando mis labios y se apartó un poco de mi al observar que la tristeza recorría mi rostro en aquel bonito momento.

*Flashback*
-Mamá: Sarah, la comida está lista.
-Yo: No quiero comer.
-Mamá: Cariño, come.
-Yo: ¡HE DICHO QUE NO! -grite engullida en lágrimas.
-Mamá: Esto me está empezando a preocupar. Tienes amigos que te ayudan, pero no te das cuenta, ¿desde cuándo no vas a casa de Emma, o de Valentina? No comes, no te diviertes como hacen las chicas de tu edad y no sales de tu habitación si no es necesario, ¿necesitas algún tipo de ayuda?
-Yo: ¿Qué ayuda, pretendes que asista a unas reuniones innecesarias con el loquero, quieres eso?
-Mamá: No digo, solo te digo que lo pasado pasado está, nadie merece tus lágrimas, ¡él nunca volverá, no lo sigas esperando!
-Yo: Yo no espero a nada ni a nadie, no tienes corazón.
-Mamá: ¿Ah, sí?
-Yo: La semana pasada hicieron 3 meses de el accidente.
-Mamá: Lo siento mucho, pero no puedo permitir que mi hija no viva, para mi estás muerta, te arrastras sobre tu propia asquerosa vida y no sabes apreciar lo que tienes ahora.
-Yo: ¡CÁLLATE, NADIE SE MERECE MIS LÁGRIMAS, YA LO SÉ!
*Fin de el flashback*


De repente, una lágrima bajó hasta la comisura de mis labios y se abrió la puerta de el ascensor. Salí corriendo de allí con nuestras maletas, dejando a Harry y a Emma atrás, no quería que Harry viera en que penumbra vivo. Sentí que él caminaba detrás de mi lo más rápido que podía, pero con Emma en los brazos no podía, no sé pro que pero eso me hizo sentirme realmente bien, las penas solo las entienden las que las sufren, nadie más, por eso salí corriendo de aquel extraño lugar, no quería que me preguntara que me pasaba.


"Aunque te reveles contra todo y todos, siempre habrá algún que otro infeliz que seguirá perjudicando y haciendo desgraciada tu vida."


Continuará.

27 de diciembre de 2011

Capítulo 6.

    Asuntos repentinos.

           ¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le  importa lo que yo diga?
                           Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré. 

Emma.
Me dirigí a la puerta principal para reencontrarme con Sarah, pero sentí que alguien me agarró del brazo haciendo que me diera la vuelta.
¡Harry! - dije antes de poder ver la cara de aquel individuó que me apretaba fuertemente el brazo-
-Individuo X: Va a ser que no señorita.
Posé mis ojos en un señor bastante mayor, podía tener de treinta y cinco a cuarenta años y un poco más, muy alto, incluso más que yo y parecía ser que tenía mucha masa muscular, eso o estaba ligeramente gordo. Me miraba de una forma un tanto rara y yo, sinceramente, tenía mucho miedo, no entendía por que un hombre que ni siquiera era un encargado de cuidar por la seguridad de los demás me sujetaba con tanta firmeza el brazo izquierdo.
-Yo: ¿Se puede saber qué quieres? Me gustaría que me soltaras el puñetero brazo, ¿te parece bien?
-Individuo X: A ti.
Lo entendí todo. Estábamos solos en la pista de aterrizaje, rodeados de aviones, pero sin ningún ser humano alrededor. Recorrí con la mirada todo mi campo de visión buscando a aquel chico que al parecer se llamaba Harry, pero no estaba, ¡era imposible que en 30 segundos hubiera desaparecido! Tampoco entendía por que no habían más personas allí presentes, a lo mejor había pasado demasiado tiempo charlando con aquel chico tan encantador
Aquel hombre, bueno, si se le podía llamar hombre, más bien pervertido me comía con la mirada. Me miraba de una forma que había visto ya en bastantes hombres cada vez que Sarah y yo andábamos alrededor de ellos, solía encontrar ese brillo en los ojos de personas mayores desde que había pegado el estirón hace cuatro años atrás.
-Yo: Más vale que me sueltes si no quieres meterte en problemas, me estoy empezando a cabrear.
-Individuo X: Y si no te suelto, ¿qué? -sonrió de forma picarona.
-Yo: Te pegaré un bolsazo y lo recordarás para toda tu miserable vida.
Me abofeteó y eso fue lo último que sentí en alguna parte de mi cuerpo. Me caí de cabeza al asfalto y sentí el frío suelo en mi mejilla derecha, pero de pronto escuché un estruendo sonido, varias personas corriendo rápidamente hacía mi posición y otras alejándose, era un alboroto.
Todo esto era un tanto extraño, no podía moverme pero podía sentir y escuchar todo lo que ocurría a mi alrededor.
"Quédate ahí, ¿vale? Hazlo por mi, corre, dirígete a la parte de el aeropuerto donde se encuentran los taxis y pregunta por la amiga de una tal Emma."
Unas suaves manos recorrieron mi vientre encontrando un punto de apoyo para poder sujetarme firmemente. Me levantaron en peso, me sentía estúpida y gorda. Me movía hacia arriba y abajo, arriba, abajo, arriba, abajo. Me acariciaron dulcemente el pelo.
"Ya estás bien princesa" -dijo una amable voz, era la de Harry, seguramente estaba escondido o estaba esperando a que yo me fuera para que no me pasara nada durante el camino hacía el taxi con Sarah, no sé como pero nada más verme supo que soy una de las personas más patosas del mundo.
Escuche gritos, seguramente provenían de Sarah, se preguntaba que me ocurría y por que estaba así, si Harry era el culpable de que estuviera inconsciente.
-Sarah: No sabemos donde está ubicado nuestro apartamento y no puedo ir por la calle con Emma así de mal. -dijo entre sollozos.
-Harry: No creo que esté así más de una hora, se ha dado muy fuertemente en la cabeza. Gemma, ¿podrías llamar a mamá para que te viniera a recoger aquí en quince minutos? Yo me iré con esta princesa y Emma a su apartamento y mañana regresaré a casa a primera hora de la mañana, ¿vale? Explícale todo lo ocurrido y que yo estoy bien, que no tiene por que preocuparse de nada.
Unos labios fríos y carnosos presionaron ligeramente mi frente y me sentaron en un vehículo, este se puso en marcha camino hacía la felicidad y mi apartamento, claro.


Continuará.

24 de diciembre de 2011

Capítulo 5.

                                         Vales la pena.


                   "Las estrellas están ahí, solo tienes que mirarlas" - Kurt Cobain


Emma.
Me desperté por una sensación de agitamiento enorme que interrumpía mi fantástico sueño. Aquel chico, parecía perfecto... Me recordaba a alguien. ¿Sabes de lo qué te estoy hablando? Si, a ti también te ha pasado eso y es muy frustrante no recordar a alguien.
Sarah estaba despierta, supuse que no durmió más de una hora y media por que no tenía cara de sueño, incluso ni siquiera un rasgo mínimo de agotamiento. La encontré dándome la espalda, mirando hacia la ventanilla.
-Yo: ¿Qué tal el viaje?
-Sarah: Pues bien supongo, si no incluyo que has estado más de tres cuartos de hora susurrando cosas como que gracias a no sé quien eras tú misma y unas cuantas mariconadas más, ¿en qué estarías soñando cariño?
-Yo: Mejor no lo sepas. ¿Estamos aterrizando o era una maldita turbulencia?
-Sarah: ¡Estamos aterrizando! Gran Bretaña es verdaderamente increíble, preciosa, que pena que no pudiste ver el mar al atardecer.
-Yo: Si, claro...
Esperamos a que alguna de las azafatas nos diera permiso para levantarnos y bajar por las escaleras, estaba realmente impaciente por bajarme del avión y contemplar mi nuevo hogar.
Empujé a Sarah cuando se levantó e intentó salir antes que yo de allí, haciendo que se cayera en su asiento, le saqué la lengua, cogí mi equipaje de mano y salí corriendo por aquel pasillo tan largo, tuve suerte y jugué bien mi táctica. Fui la primera en salir del avión, tropezándome de nuevo en la barra de las escaleras. Una fresca brisa me despeinó e hizo que saliera volado mi gorro de lana color crema que me había puesto en el avión para que mientras durmiera no se me despeinaran los rizos de la parte superior de la cabeza.
Corrí y corrí detrás de el hasta que lo alcancé y tiré mi pequeño bolso de Essence al suelo y cogí el gorro a los que parecían ser los pies de un hombre, quizás de un joven.
-Desconocido: ¿Pero que ...?
-Yo: Oh, lo siento, mi gorro quería dar una excursión por las pistas del London City Airport y quiso terminar su viaje a tus pies.
-Desconocido: En ese caso, siento haber reaccionado de una manera extraña, pensaba que me ibas a robar o que eras una fan... una psicópata loca suelta.
Subió su mano izquierda y me peino un poco el fleco y los rulos que me había hecho Sarah en la parte superior del cráneo. Que confianzas tenía este muchacho.
-Yo: Ah, ya entiendo por que dices lo de psicópata, ¿tan mal estoy?
-Desconocido: Ahora que te he peinado, no. Tienes un pelo muy bonito con un tacto muy suave y un color muy difícil de encontrar, precioso en resumidas cuentas.
-Yo: Muchísimas gracias, supongo.
Nos levantamos lentamente del suelo, ya que él se había agachado para poder peinarme. Me sonrió muy amable, tenía unos dientes perfectos, parecía que había llevado bastantes años brakets, pero si no los había llevado ¡era maravilloso este chico!
-Desconocido: ¿Qué te trae por aquí? -dijo con voz sexy-
-Yo: Venimos mi mejor amiga y yo a la universidad, acabamos de aterrizar, ¿tú?
-Desconocido: Venía a buscar a mi hermana mayor, se había ido a Italia con unas amigas.
-Yo. Espero que se lo haya pasado muy bien en su estancia allí, pero ahora, ya sabes -dije con cara de niña buena y subiendo la mano derecha con el puño cerrado, excepto el dedo pulgar que señalaba hacía atrás- debería volver a buscar a mi dama en apuros, ahora mismo la podría estar atacando una psicópata loca suelta en busca de algún que otro gorro. Ha sido un placer hablar contigo.
-Desconocido: Igualmente. Sé que es un poco rápido, pero toma mi tarjeta. Si quieres que alguien os haga una guía turística por Inglaterra por el módico precio de un helado de chocolate y un gorro parecido al tuyo, aquí estoy. -dijo animado.
Hablamos un rato más, para mi corto, en su compañía era muy entretenido.
-Yo: Que simpático, gracias por todo. Por cierto, me llamo Emma.
Le dejé con la palabra en la boca a aquel chico tan guapo, me dí la vuelta, me agaché y cogí mi bolso. Llamé a Sarah, ella se encontraba en la puerta principal de el aeropuerto, ya con nuestras maletas y un taxi. La que me iba a caer cuando me volviera a reunir con ella. Sarah es muy loca y simpática, pero cuando se enfada parece Chuk Norris en acción. Esperaba que no se enfadara mucho conmigo cuando le dijera que un estrambótico chico de ojos azules nos había pedido "una cita por partida doble" por decirlo así.


                                                     Harry Edward Styles, 17.
                                                                876426834

Eso fue todo lo que pude leer en aquella pequeña tarjeta blanca de cartón.


Continuará.

22 de diciembre de 2011

Capítulo 4.

                                      Un encanto peculiar.

La infancia no va de una edad concreta a otra.
El niño crece y abandona sus infantilismos.
La infancia es aquel reino en donde nadie muere.


Sarah.
Emma por fin se despertó, ¡menos mal! Estaba desesperada por que me maquillara, necesitaba que me quitara esas asquerosas ojeras.


Mientras Emma me maquillaba le daba vueltas a un montón de asuntos, como que me podía encontrar a algún ídolo en la vuelta de la esquina.
Me habían dicho que Linkin Park actuaba este verano en Inglaterra, aparte de Maroon 5 y Gym Class Heroes, si los veía en la calle, me daba algo. ¡Amo esos grupos! La monda sería ver a The Wanted, es mi grupo favorito hasta ahora, son increíbles, me casaría con todos y cada uno de ellos, son irresistibles. Tengo hasta la funda de mi BlackBerry Curve 8520 con una foto de ellos y estoy orgullosa.




Emma por fin terminó de maquillarme y de pintarme las uñas, se me había apetecido que me las pintara, me encanta pintarme las uñas. Como eran de secado rápido, se secaron en 5 minutos y me dio tiempo de hacerle un peinado muy bonito a Emma. Ella quería que se lo alisara, pero yo le hice unas suaves ondas con la plancha y se le quedó un peinado adorable.
A continuación nos vestimos y almorzamos una pizza de jamón, queso y champiñones, nos aseamos echándonos desodorante y colonia y más tarde fuimos a despedirnos de nuestras mejores amigas del instituto llamadas Valentina y Nicole a las que echaríamos de menos.
Después de pasar una pequeña parte de la tarde con nuestros amores, nos fuimos al aeropuerto, ya eran las 15:00 y el avión con destino Tenerife-Gran Canaria abarcaría a las 16:00.
Mis padres no dijeron nada de nada en el coche, Emma y yo tampoco. Teníamos miedo de que dieran media vuelta y llenos de desamparo nos dijeran que no querían separarnos de nosotras, que escogiéramos alguna prestigiosa universidad en España, no tan lejos. Al final no pasó nada, aparcamos el coche en el parkin gratuito que se encontraba cerca del aeropuerto y entramos, facturamos las maletas y nos despedimos de  nuestros padres, ya que los padres de Emma y su hermano pequeño Carlos habían ido a la misma hora que nosotros al aeropuerto para también despedirse de mi. Entre abrazos, llantos y penumbra nos subimos al avión.
___________________________________________________________________

Emma.
Entré al avión viva de milagro ya que me tropecé en la rampa de las escaleras y me caí encima de Sarah al "intentar sentarme".
El viaje no resultó pesado por que llevaba mi libro favorito a mano, se titula "Desde mi cielo" y lo releí para entretenerme mientras Sarah escuchaba música en su iPod Touch. La tenía a tope, la pude identificar, era "What makes you beautiful" de One Direction, desde que los escuchamos en MTV nos encantó ese grupo.
Aterrizamos y cogimos el otro avión con destino Londres. Este viaje si que se me hizo largo, pero lo compensé cogiendo el iPod de Sarah para escuchar música, ella se había quedado dormida aunque yo había intentado dormirme junto a ella, pero no lo conseguía.
Encendí su iPod cuando el avión terminó de elevarse para que las azafatas no me echaran la bronca y empecé a escuchar "Everything I ask for" de The Maine y poco a poco, me quedé dormida.

*Sueño*
-Desconocido: Estoy cansado de esto, nunca creí que podía odiar algo de ti, pero es así. Nunca creí que podía sentir desprecio por algo que estuviera en tu interior. ¿Sabes qué es? Tus inseguridades tienes que aprender a quererte, a dejarlas a un lado y vivir tu sueño.
-Yo: Ya lo hago.
-Desconocido. Sí pero, ¿junto a mi? Tienes que disfrutar, yo solo quiero e intento lo mejor para ti. Quiero que veas que eres perfecta. ¿Te he dicho que adoro tus ojos azules?
-Yo: Creo que te equivocas, me mientes cada vez que abres la boca, el único perfecto aquí eres tu, ¿te queda claro?
-Desconocido: No entiendo como una persona tan maravillosa como tú puedes tener tanto miedo a ser rechazada.
-Yo: Ahora no, por que tú me has enseñado, me has dado ganas de vivir y me has enseñado que cada segundo hay que ser feliz, tengo que hacerlo por ti, por todo lo que pasaste años atrás...
-Desconocido: ¿Me amas?
Me cogió de la cintura y me miro atentamente con esos preciosos ojos marrones. Sentí una necesitada enorme de abalanzarme sobre él, era tan perfecto.
-Yo: Claro que te...
-Desconocido: No digas más. .dijo colocando su dedo índice en mi boca.
Más tarde colocó sus carnosos labios sobre los míos y  le besé como nunca había besado a nadie en mi vida. Me sentía tan bien. Era una delicia, no quería separarme de él, me alegra haberle conocido, ahora mismo soy feliz, y de verdad. 
*Fin del sueño.*

Continuará.

18 de diciembre de 2011

Capítulo 3.

                                La belleza toca a mi puerta.


Sarah
Me volví a despertar enredada entre las sábanas, esta vez no estaba tan sudada, pero se me había quedado empegostada la frente de mi gracia al despertarme tan temprano, a las 2:37 a.m de hoy. Me levanté a mirarme al espejo y como esperé encontré unas pequeñas ojeras debajo de mis párpados, pero eso con un poco de maquillaje no se notaría. Cogí el reloj digital que se encontraba en mi preciada mesita de noche que se encontraba ahora a la derecha de la cama, por que como siempre, Emma y yo la movimos por que a ella le gusta dormir pegada a la pared y mi mesa "estorbaba" como solía decir ella, por que se encontraba a la izquierda de mi cama. Esta vez eran las 11:58, ¡qué tarde dios mío, si hasta Emma se había despertado! Esto era muy raro, aunque para mi sería mejor dormir tantas horas, así no iría a mi querido Reino Unido con cara de niña loca. Bajé a la cocina y Emma se encontraba viendo la tele y con el volumen a tope, otra vez MTV, mi madre estaba preparando el almuerzo y mi padre estaba cortando el césped, se le veía desde la ventana corrediza. Teníamos suerte de vivir en la primera planta, por que hace años atrás podía invitar a otras amigas a casa para bañarnos en la piscina, cosa que no puede hacer Emma por que vive en la planta 2, la vivienda 75.
De repente, escuche una música que me sonaba del tanto familiar, era la canción del intro de MTV Top 20 Downloads. Me senté a verlo junto a Emma y anoté un par de canciones que me molaban. El número 20 para "From now on" de The Features, el número 19 para "Change on me" de JLS, el número 18 para "Dance with me tonight" de Olly Murs, el número 17 para "You make me feel" de Cobra Starship, el número 16 para "Till the world ends" de Britney Spears. De repente:


                  "Hey guys, here comes a group that has just emerged to stardom, they're amazing! Tomorrow we hope to rise again, we estimate that will be in the position 8, but this song is worth it!"




Empezó a sonar e inmediatamente nos pusimos a bailar, era increíble, pegadiza y claro, los cinco chicos que cantaban estaban muy bien, a quien vamos a mentir.
-Emma: ¡Oh madre mía! Que guapos son y que bien cantan, ¿por qué no hay chicos así por aquí?
-Yo: Dios Emma, ¿ya estás otra vez? 
-Emma: ¿De qué estábamos hablando? -dijo mientras se tocaba el pelo y hacía como si no hubiera dicho nada.
Después de ese paréntesis siguió sonando aquella estupenda canción, anote su nombre y el grupo de música. Me llamó bastante la atención un chico que cantaba el estribillo junto a los otros 4 chavales, llevaba unos vaqueros rojos ajustados que me gustaban mucho, me resultaba familiar, pero no conseguía saber por que. A decir verdad, estilo, belleza y talento tenían. "Whats makes you beautiful, One Direction" puse en mi libreta de canciones y ahí se quedo para poder descargármela desde el Mac.
Después de tantas risas, terminamos de ver el programa, acabó con la canción nueva de los Red Hot Chili Peppers "The adventures of rain dance Maggie" que también me gustó bastante.
Almorzamos y empezamos a hacer las maletas, mañana nos esperaría un graaan día.
Dejamos sobre una silla al lado de mi escritorio la ropa y los zapatos que nos pondríamos mañana por que Emma se quedaría hasta la tarde del 27, el mismo día que saldríamos a coger el avión. Se quedaba para no tener que ir por separado, perdernos o no encontrarnos en el aeropuerto a la hora estimada. Pasamos el resto de la tarde organizando los pasajes, los carnets, el dinero, revisamos el alquiler de nuestro apartamento y demás, cenamos y nos fuimos a dormir. Estaba un poco nerviosa, pero esa noche del día 26 de Junio dormí sin pesadillas y sin ese individuo desconocido.


____________________________________________________________________



Emma
Sarah


27 de Junio.
Abrí los ojos, hacía mucho calor y hacia una mañana de verano muy refrescante, había cierto aire que te hacía disfrutar así calmando esa sensación tan grande de calor que me invadía. Esta vez fui yo la que se levanto antes que Emma, a las 10:24.
Decidí que sería buena idea lavarme el pelo. Me sequé el pelo y me lo peiné cuidadosamente con la plancha para no estar más tarde perdiendo tiempo, haciéndome mis famosos rulos al estilo Taylor Swift que tanto le gustaba a la gente.
Desayuné un bol de cereales y Colacao mientras esperaba a que la petarda de Emma se despertara para que me maquillara, después yo peinarla y vestirnos juntas, almorzar e ir al aeropuerto, un sueño nos esperaba.
No sé por qué, pero me rondaba horas y horas por la cabeza aquel muchacho de preciosos ojos verdes y carnosos labios, increíble sonrisa y un pelo cuidadosamente aseado, peinado y alisado perfectamente hacia la derecha, sentía que lo conocía. Solo deseo que la belleza aporree mi puerta y él se encuentre detrás con un ramo de flores. En realidad, me siento estúpida por pensarlo, es poco probable que exista y menos todavía que me tope con él en algún lugar del mundo al que yo vaya.
Siento que mi mundo le pertenece. 

Continuará.

11 de diciembre de 2011

Capítulo 2.

                                   Un asqueroso sueño.


Emma.
Me vestí lo más rápido que pude y me alise la maraña de pelo, me deslicé la plancha por el cabello y en 10 minutos se me alisó totalmente y me llegaba de largo hasta el final de las costillas. 

Adoro mi pelo, es de un color marrón muy muy claro y con un tacto suave. A decir verdad, Sarah y yo somos como dos polos opuestos: yo soy alta y ella es  baja, para alcanzarme se tiene que poner de puntillas. Yo tengo el pelo liso y ella rizado al estilo Taylor Swift de un color marrón rojizo. Yo soy morena de piel y ella es muy clara. Ella tiene los ojos verdes, aunque un tanto extraño, según la claridad del día sus ojos son verdes o marrones claros y yo tengo los ojos azul cielo. lo único en lo que nos parecemos es en la locura que tenemos dentro.
Terminé de prepararme y recorrí el largo pasillo que daba lugar al cuarto de estar, donde escuché murmullos que daban lugar a Sarah y mi padre Ángel, a continuación entre en la habitación.
-Sarah: No importa, me lo podéis devolver cuando queráis y podáis, tengo de sobra, ahorro mucho, no se preocupe.
-Yo: ¿Se puede saber que ocurre? -Me senté-
-Papá: Me temo lo peor cariño, no tenemos es suficiente dinero para que te hospedes en Reino Unido.
-Yo: No importa papá, tengo dinero ahorrado de cuando empecé a trabajar en la papelería, tengo suficiente para quedarme 1 mes o quizás 2, pero trabajaré para poder pagar el alquiler del apartamento que compartiré con Sarah, ¿te parece bien?
-Papá: Como quieras, pero mandarte dinero mensualmente de aquí allí tarda un poco, no te quejes después.
-Yo: ¿Eso es un si?
-Papá: Claro, más claro imposible.
-Yo: ¡DIOS MIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! Vamos Sarah, coge mi bolso y vamonos a alguna agencia de viajes cercana para comprar los pasajes, que emoción, aún no me lo puedo creer. Pegame, azotame parar despertarme, GRRR.
-Sarah: Anda vamonos, Reino Unido nos espera. -dije riendo estruendosamente. 

________________________________________________

Sarah.
Me alegré mucho al ver que el padre de Emma aceptaba nuestro viaje para asistir a la universidad, no quería irme sabiendo que ella iba a estar seguramente trabajando en un asqueroso bar y soñando con visitar el London Eye o el Big Ben mientras me maldecía por estar disfrutando yo de su sueño.
Compramos unos pasajes con destino a el Aeropuerto Gran Canaria que embarcaría a las 16:00 y aterrizaríamos a las 16:45 y otro a el London City Airport a las 17:00 con un viaje estimado de cuatro interminables horas, pero teníamos que ver todo desde un punto positivo: no tendríamos que cambiar la hora en el reloj y quizás nos encontraríamos a nuestro ídolo en la vuelta de las esquina, quien sabe.
Esa noche Emma se quedó en mi casa a dormir y charlamos un rato mientras veíamos MTV. Cenamos una taza de Colacao fría y nos fuimos a dormir, imaginando la de cosas que nos sucederían el día 27 de Junio.

*Sueño*
Es una preciosa tarde de verano, hay brisa fresca y un poco de calor. Emma me espera en nuestro apartamento, pero se me apetece comprarme una palmera de chocolate en el supermercado que hay cerca de la universidad. Subo a un autobús y siento que alguien posa una atenta mirada en mi. Miro a mi alrededor y observo a un esbelto chico de bellos ojos verdes y un precioso pelo oscuro perfectamente peinado hacia la derecha y una sonrisa nerviosa pero a la vez muy cálida, es un tanto extraño, me suena muchísimo su cara, pero no consigo saber quien es.
*Fin del sueño*


26 de Junio, 2:37 a.m
Desperté entre las sábanas y con la frente empañada de sudor. Emma seguía durmiendo, como no. Me sentía un poco extraña. Bah, después de todo, un sueño es un sueño, nada más, no seas estúpida, aunque la verdad, siento que va a ocurrir. Quien sabe, quizás si, quizás no.


Continuará.

10 de diciembre de 2011

Capítulo 1

                                   El nuevo despertar.

Abro los ojos y aquí estoy, de pie y con los brazos cruzados dejando que todo pase delante de mi. ¿Cuándo podré vivir de verdad? Me estoy cansando de vivir siempre lo mismo. Podría decir que estoy harta. Mi sueños no se cumplen. Bueno, no se cumplen por que yo quiero o por que no los intento seguir, tan solo quiero el mérito que me merezco y dejar de sentirme como un pez fuera del agua. Soy tan solo una chica de 18 años que quiere ser feliz y joven para siempre. Soy tan solo una chica de 18 años que desea la fama, soy tan solo una chica de 18 años con una necesidad enorme. Soy tan solo una chica de 18 años adicta al chocolate y abusadora de la música. Soy tan solo una chica de 18 años original, imperfecta y orgullosa de ser tal y como soy, soñadora, cabezota, surrealista. Soy tan solo una chica de 18 años diferente, solo eso. 
Mi historia empieza aquí, cuando verdaderamente me siento libre.



Sarah.
25 de Junio.
Desperté, me froté los ojos, tenía mucho sueño. Me levanté de la cama y cogí el reloj que tenía en la mesilla de noche a la izquierda de mi cama: eran las 10:32 de la mañana, tenía que desayunar y ducharme.
Bajé a la cocina y encontré a mi padre leyendo el periódico en su silla, junto a su taza de café matutina y un extraño sobre de color amarillo. Se llama Richard y es muy gruñón, pero le quiero, ahora mismo me está ayudando a conseguir una beca en alguna prestigiosa universidad en Reino Unido, ya que quiero ser profesora de Inglés y desde pequeña he ido a academias para mejorar el habla. Me senté junto a el mientras observaba por la ventana aquel precioso día de verano, entonces, le miré y me sonrió.
-Papá: Sarah, adivina lo que me he encontrado en el buzón.
-Yo: No lo sé papá, cuéntame. ¿Qué es ese sobre amarillo? ¿Hay leche? ¿Colacao? ¿Tostadas? ¿Mantequilla? Tengo hambre, me voy a duchar para quitarme este sueño de encima. ¿Sabes lo que cené anoche? No lo recuerdo pero me siento mal, seguramente estaba caducado y me lo comí sin darme cuenta. ¿Hay leche? Creo que ya te pregunté eso, ¿no?
-Papá: Cariño, ¡para! Hablas demasiado, nunca pensé cuando naciste que ibas a hablar tanto, no sé a quien habrás salido.
-Yo: ¿Quieres contarme ya lo que es ese sobre? Estoy excitada e impaciente.
-Papá: ¡TE HAN ACEPTADO EN EL ALPHA COLLEGE!
-Yo: No puede ser, ¿en serio? Era justo la universidad a la que queríamos ir Emma y yo, enviamos la solicitud juntas. ¿Crees que estará despierta? Ya sabes como es ella, puede estar hasta las 12 de la mañana y sigue pegada a las sábanas.
-Papá: Si, llámala desde el fijo.
-Yo: ¡NO ME LO PUEDO CREER AÚN!
Salté de la silla dejando media taza de Colacao y cereales de chocolate que me había preparado mientras esperaba a que papá me anunciara la increíble noticia en la mesa. Cojí el fijo, marqué el número de teléfono de Emma pero no contestó nadie, así que decidí vestirme para ir a su casa. Hace tres años que somos mejores amigas, desde entonces, no nos hemos separado. Aún recuerdo cuando llegó nueva a la academia de Inglés a la que solía ir yo, desde que entró por la puerta sentí que conectábamos y ella sintió lo mismo, estábamos en Check Point, el último curso donde te daban un diploma y certificaban que eras bilingüe. Después descubrimos que eramos vecinas y desde entonces pasamos el día una en la casa de la otra. Me vestí como solía vestirme siempre, muy a mi estilo. Cogí lo primero que encontré en el armario, eran las 11:03 de la mañana y no tenía tiempo para hacer conjuntos, ¿quién se iba a fijar en mi a esas horas?

Bajé por el ascensor y estaba prácticamente bailando, salí a la calle y los dueños de los bares se carcajeaban de mi por que mientras bailaba por la calle cantaba y me tropezaba continuamente, soy bastante torpe. Me hice bastante raspones en las rodillas, pero eso a la mañana siguiente se me iría.
Toque el timbre 75 del portal 4 y la madre de Emma me abrió al puerta, la saludé y entre corriendo en la habitación de Emma. Todavía estaba durmiendo, pero me daba igual, la despeiné más de lo que ya estaba y me quité las botas y empecé a saltar en la cama.
-Emma: ¡Loca, loca! Déjame, tengo mucho sueño, vete.
-Sarah: Esta bien, pero si me voy no te diré algo muy especial. -dije haciendo un puchero.
-Emma: Vale, dime dime.
-Sarah: Adivina a que dos mejores amigas las han aceptado en Alpha College. Supongo que a las dos si enviamos la solicitud juntas.
-Emma: Cállate, no me la intentes colar, tan ingenua no soy.
-Sarah: Tururú, si que lo eres. Te lo digo totalmente en serio. ¿Crees que me vestiría y me levantaría tan temprano en plena mañana de verano para contarte una trola?
-Emma: Dios mio de mi vida, que es verdad. Tenemos que comprar los pasajes, alquilar un apartamento, comprar ropa, comprar más ropa, comprar ropa, comprar zapatos, comprar bolsos, vestidos, gorros, echarnos algún novio guapo con un sexy acento inglés y compraremos ropa. Espera, siento que se me olvida algo... ah, si, estudiar, agggggg, ¡asco tener yo!
-Sarah: Vístete y desayuna, voy a hablar con tus padres para explicarles lo de la beca, ya vuelvo amor.

Continuará.