24 de diciembre de 2011

Capítulo 5.

                                         Vales la pena.


                   "Las estrellas están ahí, solo tienes que mirarlas" - Kurt Cobain


Emma.
Me desperté por una sensación de agitamiento enorme que interrumpía mi fantástico sueño. Aquel chico, parecía perfecto... Me recordaba a alguien. ¿Sabes de lo qué te estoy hablando? Si, a ti también te ha pasado eso y es muy frustrante no recordar a alguien.
Sarah estaba despierta, supuse que no durmió más de una hora y media por que no tenía cara de sueño, incluso ni siquiera un rasgo mínimo de agotamiento. La encontré dándome la espalda, mirando hacia la ventanilla.
-Yo: ¿Qué tal el viaje?
-Sarah: Pues bien supongo, si no incluyo que has estado más de tres cuartos de hora susurrando cosas como que gracias a no sé quien eras tú misma y unas cuantas mariconadas más, ¿en qué estarías soñando cariño?
-Yo: Mejor no lo sepas. ¿Estamos aterrizando o era una maldita turbulencia?
-Sarah: ¡Estamos aterrizando! Gran Bretaña es verdaderamente increíble, preciosa, que pena que no pudiste ver el mar al atardecer.
-Yo: Si, claro...
Esperamos a que alguna de las azafatas nos diera permiso para levantarnos y bajar por las escaleras, estaba realmente impaciente por bajarme del avión y contemplar mi nuevo hogar.
Empujé a Sarah cuando se levantó e intentó salir antes que yo de allí, haciendo que se cayera en su asiento, le saqué la lengua, cogí mi equipaje de mano y salí corriendo por aquel pasillo tan largo, tuve suerte y jugué bien mi táctica. Fui la primera en salir del avión, tropezándome de nuevo en la barra de las escaleras. Una fresca brisa me despeinó e hizo que saliera volado mi gorro de lana color crema que me había puesto en el avión para que mientras durmiera no se me despeinaran los rizos de la parte superior de la cabeza.
Corrí y corrí detrás de el hasta que lo alcancé y tiré mi pequeño bolso de Essence al suelo y cogí el gorro a los que parecían ser los pies de un hombre, quizás de un joven.
-Desconocido: ¿Pero que ...?
-Yo: Oh, lo siento, mi gorro quería dar una excursión por las pistas del London City Airport y quiso terminar su viaje a tus pies.
-Desconocido: En ese caso, siento haber reaccionado de una manera extraña, pensaba que me ibas a robar o que eras una fan... una psicópata loca suelta.
Subió su mano izquierda y me peino un poco el fleco y los rulos que me había hecho Sarah en la parte superior del cráneo. Que confianzas tenía este muchacho.
-Yo: Ah, ya entiendo por que dices lo de psicópata, ¿tan mal estoy?
-Desconocido: Ahora que te he peinado, no. Tienes un pelo muy bonito con un tacto muy suave y un color muy difícil de encontrar, precioso en resumidas cuentas.
-Yo: Muchísimas gracias, supongo.
Nos levantamos lentamente del suelo, ya que él se había agachado para poder peinarme. Me sonrió muy amable, tenía unos dientes perfectos, parecía que había llevado bastantes años brakets, pero si no los había llevado ¡era maravilloso este chico!
-Desconocido: ¿Qué te trae por aquí? -dijo con voz sexy-
-Yo: Venimos mi mejor amiga y yo a la universidad, acabamos de aterrizar, ¿tú?
-Desconocido: Venía a buscar a mi hermana mayor, se había ido a Italia con unas amigas.
-Yo. Espero que se lo haya pasado muy bien en su estancia allí, pero ahora, ya sabes -dije con cara de niña buena y subiendo la mano derecha con el puño cerrado, excepto el dedo pulgar que señalaba hacía atrás- debería volver a buscar a mi dama en apuros, ahora mismo la podría estar atacando una psicópata loca suelta en busca de algún que otro gorro. Ha sido un placer hablar contigo.
-Desconocido: Igualmente. Sé que es un poco rápido, pero toma mi tarjeta. Si quieres que alguien os haga una guía turística por Inglaterra por el módico precio de un helado de chocolate y un gorro parecido al tuyo, aquí estoy. -dijo animado.
Hablamos un rato más, para mi corto, en su compañía era muy entretenido.
-Yo: Que simpático, gracias por todo. Por cierto, me llamo Emma.
Le dejé con la palabra en la boca a aquel chico tan guapo, me dí la vuelta, me agaché y cogí mi bolso. Llamé a Sarah, ella se encontraba en la puerta principal de el aeropuerto, ya con nuestras maletas y un taxi. La que me iba a caer cuando me volviera a reunir con ella. Sarah es muy loca y simpática, pero cuando se enfada parece Chuk Norris en acción. Esperaba que no se enfadara mucho conmigo cuando le dijera que un estrambótico chico de ojos azules nos había pedido "una cita por partida doble" por decirlo así.


                                                     Harry Edward Styles, 17.
                                                                876426834

Eso fue todo lo que pude leer en aquella pequeña tarjeta blanca de cartón.


Continuará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario